Gaseosas, tés, jugos y polvos para disolver representan el 33% de ventas de un tendero!

Ante las decisiones del Gobierno sobre la Reforma Tributaria, Fenalco Considera:

• Este es un impuesto inconveniente para los tenderos y regresivo con los colombianos de menor capacidad adquisitiva.
• Nos preocupa que las medidas tributarias se esten pensando en función de afectar el bolsillo de los colombianos.
• En otros países, la medida tuvo que ser revisada. En Dinamarca, tras la pérdida de 5,000 empleos, se derogó la medida; en México la ingesta calórica únicamente se redujo en 5.2 calorías día en el 2014 y 1.7 en el 2015,  igualmente en  México se cerraron más de 33,000 tiendas y se perdieron más de 10,800 puestos de trabajo.
• Las bebidas azucaradas no son la causa de la obesidad, existen múltiples factores asociados a esta enfermedad, como la inactividad de los menores y la falta de políticas claras en materia de alimentación.
• El 65% de las tiendas venden menos de $200.000 diarios, mientras que el 30% vende hasta $500.000 diarios y el margen promedio de venta de bebidas azucaradas es del 20%, lo que representa el 33% del total del ingreso de un tendero. Imponer este impuesto es afectar considerablemente su ingreso y el de sus familias.​

Por esta razón, Fenalco dice No al impuesto a las bebidas azucaradas.

En el mes de septiembre de 2016 FENALCO y su programa Fenaltiendas, consolidó un estudio en las tiendas de barrio y establecimientos que expenden bebidas azucaradas, sobre la percepción que tenían respecto a un posible impuesto.

Los principales hallazgos fueron los siguientes:

1. El 86,5% de los encuestados cree que el Impuesto a las Bebidas Azucaradas incrementaría el costo de la canasta familiar, en la medida en que este tipo de productos hacen parte de la dieta diaria del colombiano promedio.  El mismo porcentaje cree que el Impuesto a las Bebidas Azucaradas afectaría directamente a los tenderos, debido a que un alza en los precios de los refrescos contraería la demanda de estos en el mercado.

2. El 91,8% de los encuestados considera que esta medida perjudicaría a las personas con bajos recursos, debido a que son estos los que destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo de alimentos y bebidas.