Las ventas de los comerciantes en febrero mantuvieron la misma dinámica del último año, exhibiendo crecimientos por encima del observado en la economía en general. El 42% de los empresarios consultados en nuestra encuesta mensual reportó aumento en su volumen de ventas frente a igual mes del año anterior mientras que para un 20% se registró disminución. Entre las categorías de mayor dinamismo se destacaron el calzado, las confecciones, alimentos y bebidas, artículos de papelería, y productos tecnológicos como teléfonos celulares y computadores, lo que sugiere que la temporada escolar estuvo bastante animada. Ayudó que en este año bisiesto hubo un día más de facturación.
También reportaron aceptable desempeño los concesionarios de vehículos, las ferreterías, productos para la remodelación del hogar y colchones. En contraste, registramos cierto enrarecimiento del clima de los negocios. El porcentaje de empresarios que piensan que el desempeño de sus negocios mejorará bajó de 61% en enero a 54% en febrero. Indagamos por las causas de la reducción del optimismo y la respuesta fue prácticamente unánime: el coronavirus. Fue generalizada la preocupación por la interrupción de la cadena de abastecimiento de materias primas, partes, piezas y productos terminados de origen chino. Muchas industrias dependen de los materiales de China, los retrasos en la entrega de productos ya superan los 45 días y no hay confirmación de fechas de entrega en puertos colombianos. "Habrá escasez de arbolitos de navidad Made in China este fin de año", nos comentó un importador mayorista.
Los inventarios han disminuido. Preguntamos a comerciantes más afectados por la crisis qué medidas comienzan a implementar para acceder a los insumos y mercancías que en condiciones normales provienen de la China y expresaron que enfocan su catalejo a Brasil, un país que puede sustituir de manera imperfecta e incompleta a algunas categorías industriales, con el aditamento positivo de que el real también ha sufrido una fuerte devaluación frente al dólar. Ante esta crisis, impensable hace tres meses, los comerciantes colombianos pueden sentarse a esperar a que pase la tormenta o aprender a bailar bajo la lluvia torrencial. Estamos seguros que escogen la segunda opción.
La historia recordará el 9 de marzo de 2020 como el "lunes negro" para la economía mundial: el desplome de las bolsas de valores, así como del precio del petróleo fue violento. Las monedas latinoamericanas sufrieron una fuerte devaluación. El dólar llegó a un máximo histórico de $3.820 en Colombia. Ha estallado una "guerra" comercial entre Arabia Saudita y Rusia, que sumada a la reducción en la demanda china, empuja hacia abajo el precio del petróleo, golpeando duramente las finanzas públicas. Hay que aceptar que no es mucho lo que se puede hacer en el corto plazo en cuanto a medidas económicas domésticas de choque que sean efectivas. La banca colombiana debe ser solícita y tenderle la mano a las empresas que requieran créditos adicionales o reestructuración de sus deudas. No debería descartarse la opción siempre abierta de hacer uso de un tramo del crédito preaprobado que nos brinda el FMI para eventuales situaciones de emergencia, cuya Misión de expertos, como lo comentamos en este número, evalúa positivamente el manejo actual de la economía. Esperamos que el precio del dólar regrese a los niveles observados en febrero. Marzo arrojará saldo en rojo para la economía colombiana y para la economía mundial.
En cuanto al coronavirus, difícil, pedir calma en estos momentos, pero hay que hacerlo. No al pánico, la vida continúa, sigamos los consejos del gobierno en cabeza del Ministro de Salud.
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